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El edificio del IES Cardenal Cisneros

En el número 4 de la calle de los Reyes, una céntrica vía madrileña, se encuentra la entrada principal del IES Cardenal Cisneros, centro de enseñanza creado por Real Orden de 16 de diciembre de 1837. Sus orígenes hay que rastrearlos en los Colegios Menores de Filosofía de la Universidad de Alcalá de Henares, trasladados a Madrid con el resto de las facultades. El escudo del Cardenal Cisneros, fundador de dicha Universidad, decora buena parte del actual edificio en clara referencia al origen complutense de la institución. En reconocimiento de los méritos del centro y de sus muchas aportaciones al progreso del país, el rey Alfonso XII concedió al instituto el privilegio excepcional de plasmar en todos sus documentos, muebles y vidrieras un escudo en el que se entrelazan los blasones de Madrid y del Cardenal Cisneros. La Real Orden, firmada en 1877 por el conde de Toreno, se hizo efectiva y el nuevo escudo se volvió omnipresente en el centro, único IES español que posee escudo propio otorgado por voluntad regia.

 

 

 

Edificio

 

El IES Cardenal Cisneros inicialmente compartió espacios con la Facultad de Filosofía, Derecho y Ciencias de la Universidad Central, edificada sobre el solar del antiguo Noviciado de Jesuitas de la calle de San Bernardo. La falta de espacio y de higiene, así como los problemas de índole moral y de disciplina motivados por la cohabitación de alumnos con edades comprendidas entre los 9 y los 25 años, motivaron la construcción de un edificio independiente que se inició en 1877 y se culminó 1888. El coste total de la obra fue superior a 500.000 pesetas, cantidad que se abonó íntegramente con dinero procedente de las matrículas del instituto.

 

La nueva edificación, ubicada en terrenos de los antiguos huertos del Noviciado y de la casa del marqués de Bendaña, adquirida para este fin, se encargó al arquitecto Francisco Jareño y Alarcón, autor de otros edificios emblemáticos de la capital, como la Biblioteca Nacional o el Tribunal de Cuentas. La construcción pretendía asumir el papel de catedral del saber laico, un espacio en el que el Estado pudiera asumir el papel formador que el plan Pidal, de 1845, le había atribuído. La monumental escalera realizada en marmol blanco es el elemento arquitectónico más representativo, símbolo de ascenso social para los alumnos aplicados y con claras referencias formales a la escalera de notables del Liceo Enrique IV de Paris.

 

Las magníficas vidrieras del IES Cardenal Cisneros se realizaron entre 1898 y 1905 y son obra del francés José Maumejean. Este artista se instaló en Madrid tras ser nombrado vidriero oficial de la Casa Real por Alfonso XII. Su taller y fundición estaban ubicados en la calle Abascal. Además de trabajar para el IES Cardenal Cisneros, Maumejean realizó otros importantes encargos en la capital. Su obra se puede admirar en la actualidad en el edificio de la Universidad Central, en la calle San Bernardo, o en el Instituto Geológico y Minero de la calle Rios Rosas, donde es de destacar el sublime techo acristalado que cubre la sala principal del museo.

 

 

 Los Espacios

 

El edificio, conservado hoy en día en su estado original, presenta una estructura arquitectónica en tres plantas con crujía de 63 metros de largo, a la que se le adosa un cubo de 21 metros de altura que alberga la escalera principal. En el piso superior, amplios corredores articulan la circulación de los alumnos. Los grandes ventanales permiten un aprovechamiento óptimo de la luz natural y facilitan la ventilación. Pese a todo, en sus inicios, el instituto era conocido por sus malos olores, consecuencia lógica de la presencia de un considerable número de jóvenes y adolescentes que, por aquel entonces, desconocían las mínimas normas de higiene. La educación en el cuidado y el mantenimiento del cuerpo no tardó en pasar a formar parte del currículum docente de la institución. La edificación se completaba con espacios exteriores: un patio de recreo y un jardín botánico.

 

Un aula del IES Cardenal Cisneros conserva el estrado original desde el que el profesor se dirigía al alumnado separado por una tarima, de 1 metro de altura, rodeada por una trabajada verja metálica, elemento que servia para realzar la autoridad del catedrático. Detrás de él, un juego de paneles de pizarra articulados permitía un máximo empleo de la tiza durante las explicaciones. Los alumnos se acomodaban en bancos corridos situados en pendiente para facilitar la visión del profesor, al que esperaban en pie al inicio de cada clase.

 

En el curso 1876-77 se incorporaron las primeras mujeres estudiantes, alumnas con matrícula libre que únicamente acudían a los exámenes. María Goyri y las hijas de la escritora Pardo Bazán fueron las primeras en solicitar la asistencia diaria a las clases. La dirección del centro accedió a su petición y reservó para ellas la primera bancada del aula, en la que podían acomodarse acompañadas por una asistenta. Para evitar que se mezclaran con los alumnos varones, a esas pioneras de la educación femenina se les prohibía salir al pasillo entre clase y clase y estaban obligadas a entrar en el aula por la puerta delantera, siempre acompañadas por el catedrático de turno.

 

El aula histórica del IES Cardinal Cisneros está decorada con una vitrina en la que se exponen diplomas escolares de antiguos alumnos ilustres. Particularmente apreciado por las nuevas promociones es el de Santiago Bernabéu, presidente del Real Madrid desde 1943 hasta 1978. También está el del geógrafo y académico Manuel de Terán, principal sistematizador de la Geografía moderna española, que en el Cardenal Cisneros fue compañero de clase del filósofo Julián Marías y del académico Antonio Colino. Además, en el mismo aula se muestra una colección de objetos geométricos realizada por alumnos y que fue mostrada en la Exposición Universal de París celebrada en 1878, así como una colección de mapas editados en los años de la II Republica española.

El mobiliario escolar del IES Cardenal Cisneros resume la evolución de la vida en las aulas a lo largo del tiempo y en función de las diferentes propuestas pedagógicas imperantes. Un estudio profundo del material acumulado permitiría reconstruir, de manera completa y razonada, la historia del mueble en la educación secundaria de nuestro país. En el despacho de dirección, el mobiliario está formado por elementos hechos con maderas nobles teñidas de oscuro. Claramente inspirados en el mueble castellano antiguo, tanto el armario como la mesa y las sillas están rícamente tallados con efigies del Cardenal Cisneros, con su escudo o con la leyenda ilustrada “Perfundat omnia luce” (Todo lo inunda con su luz), en clara referencia al poder del conocimiento.

 

El funcionamiento interno del IES Cardenal Cisneros se organizaba y discutía en la sala de juntas, espacio de poder en el que se reunía periódicamente el claustro de profesores. Amplia y austera, esta estancia se convirtió en escenario de discusiones en torno a las políticas educativas y a su puesta en práctica. La dual tradición ideológica española siempre estuvo presente y enfrentó a profesores progresistas y conservadores. Cada cambio de rumbo político acarreó escisiones, alejamientos y abandonos, fruto de vivas polémicas que dejaban claro el fuerte vínculo emocional existente entre el claustro de profesores y la institución, auténtico laboratorio de pedagogía en el que se ponían a prueba los planes ideados para el conjunto de la nación.

La sala de juntas está presidida por un plano de la ciudad de Madrid obra de Pedro Texeira, cartógrafo portugués afincado en España. El plano original, un encargo de Felipe IV, se grabó en Amberes en 1656 y sirvió de modelo para numerosas reimpresiones. En la disposición del caserío viejo de Madrid se observa una clara división en dos partes separadas por el eje calle de Alcalá – Puerta del Sol – Calle Mayor. El IES Cardenal Cisneros recibía principalmente alumnos de la mitad norte de la ciudad, de los barrios popularmente llamados “Chisperos” en referencia a las numerosas fraguas existentes. La mitad sur, la de los castizos “Manolos”, estaba vinculada al IES San Isidro, en la calle de Toledo.

La biblioteca del IES Cardenal Cisneros cuenta con más de 30.000 ejemplares, un fondo bibliográfico y documental que se encuentra en avanzado estado de catalogación y digitalización. Además de poseer joyas bibliográficas de incalculable valor patrimonial, la biblioteca se singulariza por sus depósitos de manuales escolares y de legislación escolar. Son igualmente dignos de reseñar un número importante de legados bibliográficos de antiguos profesores, de alumnos y de personalidades del ámbito político y cultural, como las bibliotecas personales del Presidente de gobierno Canalejas y de los académicos Conmeleran Gómez e Igual Merino.

 

El salón de actos del IES Cardenal Cisneros se inauguró, como el resto del edificio, en 1888. Antes de su puesta en funcionamiento se utilizaba el paraninfo de la Universidad Central para todos los actos solemnes y multitudinarios. Este espacio colectivo ha tenido diferentes usos a lo largo del tiempo. Allí se han celebrado conferencias académico-literarias, se han realizado exposiciones y entregas de premios, se ha proyectado cine semanalmente y, por supuesto, se han representado obras de teatro, actividad que gozó de muy buena salud en tiempos del catedrático Ernesto Giménez Caballero. En la actualidad, un grupo de teatro animado por antiguos alumnos mantiene vivo el interés por el arte dramático entre las nuevas generaciones.

 

 

El laboratorio de ciencias naturales esta presidido por la pintura de un paisaje de helechos y cícadas poblado por diplodocus, iguanodones, triceratops y arqueópterix. El autor de la obra, un enorme mural de 5,30 x 2 metros firmado en 1954, es Emiliano Redondo, antiguo alumno del centro. Tras su restauración, en 2008, el panel ha vuelto al lugar que ocupó originalmente y es un buen ejemplo del alto nivel alcanzado por parte del alumnado matriculado en el centro, así como de su gran vinculación afectiva con el mismo, pues Redondo concibió este trabajo como un regalo para el catedrático Guinea, su profesor.

 

El Gabinete de Historia Natural del IES Cardenal Cisneros fue fundado en 1848 a partir de un conjunto de producciones de la naturaleza legado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales. Su promotor fue el catedrático de ciencias Manuel M. José Galdo López de Neira, quien en 1855 logró su ampliación y ubicación definitiva en las tres salas del edificio en las que permanece en la actualidad. Al Gabinete se accede a través de un amplio espacio dotado de armarios metálicos de color gris en dos alturas, con balcón transitable en la superior, comunicadas ambas por una escalera de caracol.

 

Los armarios de la primera sala proceden de Alcalá de Henares y llegaron a Madrid en 1850, coincidiendo con el traslado de la Universidad. Contienen básicamente modelos pedagógicos realizados en escayola, madera, cartón piedra, plástico y otros materiales, que servían para ilustrar las explicaciones del profesor. Especialmente llamativas son las colecciones de modelos florales y zoológicos compradas en París a finales del siglo XIX y principios del XX. Además de por su utilidad, estos objetos han sido cuidadosamente restaurados por su innegable valor patrimonial.

 

Una segunda sala del Gabinete, igualmente dotada de armarios metálicos de doble altura, alberga la colección de instrumentos científicos y el material de la primitiva cátedra de Agricultura. Balanzas, autoclaves, microscopios, modelos de arado, semilleros, herbarios de plantas secas o de tela y otros objetos decoran un espacio apto para la docencia, debidamente amueblado, en el que se imparten buena parte de las clases prácticas de biología en la actualidad.

 

La sala más espaciosa del Gabinete está ocupada por las colecciónes de zoología y de geología. Una importante cantidad de animales disecados o en formol, de esqueletos, de conchas, de cajas entomológicas, de modelos pedagógicos, de rocas y de minerales se muestran en el interior de los armarios de madera de pino. Son los originales, construidos en 1855 por los carpinteros de la Universidad Central, y hoy en día están en perfecto estado. Entre todo lo expuesto, destaca poderosamente el modelo anatómico humano de tamaño natural y constituido por unas 1500 piezas desmontables. Fue adquirido en París en 1877 por la considerable cantidad de 3000 pesetas.

 

 

 Autoría: Santiago Aragón y Carmen Rodríguez Guerrero

Patrimonio del Instituto Cardenal Cisneros



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