La educación de la mujer y el estudio de las ciencias en el Instituto del Cardenal Cisneros
Desde que en el curso 1876-77 las mujeres pudieron matricularse en el instituto Cardenal Cisneros, por sus aulas pasaron algunas de las que después ocuparon los primeros cargos de responsabilidad en la sociedad española.
En el momento de su creación, en 1837, el Instituto de Segunda Enseñanza se destinó a las elites masculinas del país, destinadas a continuar su formación tras la obtención del Bachillerato y a integrar los puestos de mayor relevancia social.
Las primeras alumnas matriculadas corresponden al curso 1876-77. Pese al importante avance social, sólo tres mujeres se incorporaron al proceso formativo, únicamente se inscribieron de asignaturas sueltas y lo hicieron en colegios privados adscritos al Instituto. Los resultados académicos de estas pioneras fueron alabados por sus profesores. Pilar Pérez Gil destacó en el curso 1879-80 y logró el primer premio de aplicación en todas las asignaturas cursadas.
Como recompensa se le permitió realizar una disertación en las Conferencias Académico-Literarias del curso 1880-81. El tema elegido fue El aire y su influencia en la salubridad. La Gaceta, la prensa madrileña y las publicaciones especializadas en temas educativos se hicieron eco del éxito logrado con su intervención, doblemente interesante por haber versado sobre un tema científico-médico y haber sido defendida con innegable brillantez por una mujer.
El gran impulso para la escolarización de las mujeres se debe a Emilia Pardo Bazán. Además de apoyar con sus discursos y escritos la integración femenina, obró en favor de la educación de la mujer independiente al matricular a sus hijas en los cursos de bachillerato del Instituto Cardenal Cisneros.
Por su parte, Galdo López de Neira, en calidad de director, solicitó permiso en el Senado para que una brillante alumna del Instituto pudiera ser matriculada en la Escuela de Ingenieros
El catedrático Galdo creía en la educación femenina como medio poderoso para el progreso de la sociedad española. Lo consideraba un derecho civil, más que político, pues a través de la formación la mujer podía desarrollarse como ser individual
De forma lenta las alumnas fueron incorporándose a las aulas del Instituto. En ellas estudiaron María Goyri, Clara Campoamor, Victoria Kent, Dolores Franco, Hidelgart Rodríguez Caballeira… Su presencia cada vez mayor desencadenó la decisión del Claustro de separar por sexos a los alumnos en las clases prácticas y laboratorios, medida que se puso en práctica en febrero de 1920.
El mayor número de alumnas matriculadas correspondió al periodo de la II República. Desde 1940 hasta 1986, el Instituto del Cardenal Cisneros fue exclusivamente masculino.
Autoria: Santiago Aragón y Carmen Rodríguez Guerrero.
