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Los profesores del Instituto-Escuela

Desde el principio, los impulsores del Instituto-Escuela tuvieron claro que la reforma educativa que pretendían sería inviable si no contaban con el profesorado adecuado. Los profesores debían llevar a cabo una labor coordinada para aplicar los nuevos métodos educativos y conseguir los objetivos que la nueva institución se proponía. El cuerpo docente del Instituto-Escuela estaba formado por catedráticos, profesores de Enseñanzas Especiales y profesores aspirantes. Vamos a examinar por separado cada uno de estos grupos. En los casos de los catedráticos y de algunos profesores aspirantes –por su singular relevancia posterior- adjuntamos las respectivas trayectorias profesionales que siguieron después de su estancia en el Instituto-Escuela.

Los catedráticos

Los catedráticos del Instituto-Escuela procedían del cuerpo de Catedráticos de Instituto y eran seleccionados por la JAE. Para la selección, se valoraban los méritos profesionales y la disposición a continuar su formación pedagógica o en temas de su especialidad mientras permanecieran en el Instituto-Escuela. Esta formación, de hecho, la llevaron a cabo viajando al extranjero como pensionados y trabajando en los laboratorios de la JAE o en instituciones como el Centro de Estudios Históricos y el Museo de Ciencias Naturales. A su vez, los catedráticos desempeñaron una importantísima labor formando a su vez a los profesores aspirantes del Instituto-Escuela. De acuerdo con el artículo 8 del Reglamento, los catedráticos del Instituto-Escuela eran designados por el Ministerio de Instrucción Pública a propuesta unipersonal de la JAE. Una vez nombrados, la Junta se reservaba la distribución de horas y trabajos que se les asignaban y quedaban agregados al IE en comisión de servicios por el tiempo que durara su proyecto pedagógico. Los catedráticos tenían que estar plenamente identificados con el trabajo que se desarrollaba en el Instituto-Escuela, de lo contrario la Junta podía prescindir de sus servicios.

La primera selección de catedráticos se hizo previa consulta a los organismos dependientes de la JAE: Centro de Estudios Históricos, para las secciones de Letras; Museo Nacional de Ciencias, para la sección de Ciencias Naturales; Seminario Matemático y Laboratorio de Investigaciones Físicas para las respectivas secciones. Los criterios que se siguieron para la selección fueron: las publicaciones científicas o pedagógicas; los trabajos realizados en laboratorios, centros docentes o de manera privada y de los cuales la Junta tuviera noticia; su conocimiento de idiomas y su práctica docente anterior.

Profesores aspirantes

La adecuada formación de los profesores fue una preocupación fundamental en el Instituto-Escuela, en la línea de los que querían hacer en España una reforma de la enseñanza no a base de decretos políticos, sino con un profesorado comprometido con los nuevos métodos pedagógicos y el objetivo de una educación integral de los alumnos.

No está de más recordar que el Instituto-Escuela, además de ser una institución docente para alumnos, también era un centro en el que recibían formación profesores que querían dedicarse a la Enseñanza Secundaria. A los que iban a formarse al Instituto-Escuela se les llamaba profesores aspirantes. Después de ser admitidos, estos profesores seguían perfeccionándose en su especialidad bajo la dirección de la JAE.

En los dos primeros años de funcionamiento del Instituto-Escuela, las especialidades dotadas por la JAE fueron cuatro: la Preparatoria dirigida por María de Maeztu; la de Lengua y Literatura, por Ramón Menéndez Pidal, la de Matemáticas, por Julio Rey Pastor, y la de Ciencias Naturales, por Ignacio Bolívar. En 1920, se sumaron otras tres especialidades más: la de Física y Química, dirigida por Enrique Moles; la de Geografía e Historia y la de Lengua y Literatura Clásicas. Todas estas especialidades estuvieron coordinadas por Martín Navarro Flores, catedrático de Filosofía del Instituto-Escuela, quien se encargó de la formación pedagógica de los profesores aspirantes hasta 1925, año en el que fue reemplazado por Luis de Zulueta y Escolano. Zulueta fue el responsable de la formación de los Aspirantes hasta 1932, cuando la dejó para dedicarse a la actividad política.

Para que la formación de los aspirantes fuera intensa y eficaz, la JAE declaró su actividad incompatible con cualquier otro trabajo remunerado. El plan de trabajo para estos profesores estaba estructurado en cuatro apartados: Prácticas en el Instituto-Escuela, Preparación científica en la especialidad a que cada aspirante piense dedicarse, Estudios pedagógicos y filosóficos, Enseñanza de idiomas.

 

Autoría: Encarnación Martínez Alfaro
 

 



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