Desde que en el curso 1876-77 las mujeres pudieron matricularse en el instituto Cardenal Cisneros, por sus aulas pasaron algunas de las que después ocuparon los primeros cargos de responsabilidad en la sociedad española.
En el momento de su creación, en 1837, el Instituto de Segunda Enseñanza se destinó a las elites masculinas del país, destinadas a continuar su formación tras la obtención del Bachillerato y a integrar los puestos de mayor relevancia social.