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Láminas - Botánica - Cardenal Cisneros

A la hora de representar una planta, el ilustrador debe tener en cuenta los cambios que el organismo experimenta a lo largo del año. Por eso, la forma más frecuente de hacerlo consiste en descomponer cada ejemplar en sus distintas partes. Una misma lámina contiene un dibujo del porte de la planta junto con los detalles de sus hojas, frutos, flores, tallos y raíces. De esta manera, el alumno puede distinguir fácilmente los caracteres propios de cada grupo, como la típica cápsula “con tapa” que contiene las semillas de la amapola, característica de la familia de las Papaveráceas, la disposición en cruz de los cuatro pétalos de las Crucíferas o las inflorescencias en forma de paraguas invertido de las Umbelíferas.

Debido a su elevado interés comercial, muchas de las especies representadas son plantas utilizadas en agricultura o en silvicultura. Es el caso de la patata, la remolacha, la zanahoria, el guisante o la vid, o de frutales como el manzano, el castaño o el cerezo. Si se trata de especies maderables, como el pino, el abeto, el fresno o el álamo, los dibujos incluyen el detalle de una sección del tronco en el que se ponen de manifiesto tanto el color de la madera como el veteado propio de cada una de ellas.

Autoría: Santiago Aragón



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