Agricultura - Cardenal Cisneros
Otro de los insectos ancestralmente explotados por el ser humano de manera industrial es el gusano de seda (Bombyx mori). De hecho, esta especie de lepidóptero está considerada como la única verdaderamente doméstica, pues no se conocen poblaciones silvestres y, además, los animales escapados han perdido la capacidad de reproducirse en un medio favorable sin la intervención humana. La caja pedagógica del IES Cardenal Cisneros presenta de manera monográfica el interés de la seda como producto industrial. Incluye tanto objetos biológicos, caso de la rama de morera, principal alimento de la oruga de esta especie, de los huevos o “simiente” producidos por la mariposa o de los capullos con la crisálida en su interior, como objetos manufacturados, caso de las madejas de seda cruda o teñida o de los fragmentos de tejidos y bordados.
Para el estudio de las especies maderables, un tema especialmente relevante en la asignatura de agricultura, se empleaban cajas temáticas como la correspondiente al fresno europeo (Fraxinus excelsior) que aparece en la fotografía. Este arbol es muy apreciado por su flexibilidad y por la resistencia de su madera, empleada, por ejemplo, en la fabricación de raquetas de tenis o de bates de béisbol. En el interior de la caja se pueden distinguir con facilidad unas hojas de esta especie, varias semillas, un trozo de rama junto a un fragmento de corteza e incluso una pequeña plántula apenas brotada. Como complemento se disponen varias muestras de este tipo de madera, en las que se aprecia el dibujo de los anillos de crecimiento que le confieren un veteado característico.
La planta del algodón (Gossypium sp.) es una de las de mayor rentabilidad agrícola. Empleado para la obtención de aceite y de materias primas necesarias para la fabricación de productos como la pólvora o el jabón, este género de plantas es especialmente conocido por su fibra, utilizada en la confección de tejidos finos. La caja temática de la fotografía muestra, además de la cápsula y de las semillas del algodonero, diferentes variedades cultivares de éste procedentes de Madrás, Bengala y Guadalupe. El producto, ya manufacturado, se puede comercializar de distintas formas, como el hilo, la felpa, el cordón o la tela que completan el contenido de la caja.
Las plantas espermatófitas aseguran su reproducción mediante la dispersión de semillas. Aprender a distinguir las de las principales especies cultivadas era una práctica necesaria en un país eminentemente agrícola como España. La colección del Instituto Cardenal Cisneros es un buen ejemplo de ese interés. En el interior de pequeños tubos de cristal con tapón de corcho se presentan una amplia variedad de legumbres (semillas originadas en el interior de las vainas típicas de las leguminosas, como las alubias, los garbanzos o las lentejas), de granos (semillas de los cereales, que maduran en espigas, como el trigo, la avena o la cebada), de pipas (propias de las Compuestas, como las populares pipas de girasol) y de pepitas (semillas que maduran en el interior de frutos carnosos, como las de calabaza o melón) junto a otros tipos menos conocidos de simiente.
Además de conocimientos botánicos, los alumnos de agricultura adquirían maestría en las prácticas de cultivo tradicionales. Los modelos de aperos de labranza, como el arado de las fotografías, eran abundantes en la cátedra. Este tipo de material permitía comprender cómo la esteva, que guiaba el arado, y la reja de hierro, que hendía el suelo, preparaban el terreno para la siembra.
Autoría: Santiago Aragón y Carmen Rodríguez Guerrero
Patrimonio del Instituto Cardenal Cisneros
