Modelos didácticos - Cardenal Cisneros

La transmisión de conocimientos, especialmente en ciencias, a menudo precisa del apoyo de material didáctico para facilitar la visualización de los conceptos. Aun a riesgo de distorsionar la realidad, el empleo de objetos que permiten acercar, agrandar, ilustrar o palpar está plenamente legitimado en favor de una mejor compresión.

Buena parte de los modelos anatómicos conservados en el gabinete fueron adquiridos en París. La capital francesa contaba con numerosos establecimientos privados dedicados a la venta de material de historia natural, negocios especialmente activos durante la segunda mitad del siglo XIX. Tramond, Auzoux, Boubée y Deyrolle son los nombres de los principales comerciantes dedicados a tan singular mercancía. La mayor parte de las tiendas han desaparecido en la actualidad y sólo una, la regentada por los descendientes de Deyrolle, continúa abierta.

Más información:

Artículo: Understanding complex systems: lessons from Auzoux’s and von Hagens’s anatomical models.

El gabinete del instituto Cardenal Cisneros es especialmente rico en modelos de anatomía humana (un total de 75) y animal (hasta 28), muchos de ellos adquiridos al comerciante francés Louis Auzoux. Realizados en cartón-piedra y fácilmente desmontables, los modelos Auzoux se popularizaron gracias a su sencillo manejo y terminaron por desplazar a los tradicionales fabricados en cera, mucho más caros y frágiles. El valor pedagógico de dichos objetos queda fuera de toda duda. El aprendizaje se convertía en algo tan simple como armar un rompecabezas en el que las piezas, pintadas de colores vivos y de tamaño considerablemente grande, se iban ensamblando unas con otras hasta componer la totalidad del cuerpo de un escarabajo, una abeja, un caracol o una serpiente.

En París también se adquirieron un buen número de modelos florales desmontables, esta vez a los descendientes del comerciante Deyrolle durante el curso 1849-50. Los pétalos, sépalos, estambres y pistilos de esas flores gigantescas podían ser separados del receptáculo floral para facilitar la comprensión por parte del alumno. En perfecto estado y realizados en cartón piedra coloreado, parte de los 33 modelos que aún se conservan reproducen la morfología de la flor en las principales familias de angiospermas, representadas por especies populares como la margarita, la amapola o la patata. Otros reproducen la organización de una semilla o de una piña, la estructura de un tronco, el proceso de la multiplicación vegetativa o la apariencia de un buen número de setas y hongos. Los modelos botánicos se completan con un herbario artificial formado por 109 plantas realizadas en tela y alambre adquiridas en París a Hachette & cia.

Los modelos desmontables de zoología se compraron en Francia y pertenecen a las series que el Doctor Auzoux (1797-1878) realizó en cartón piedra a partir de 1833, objetos que alcanzaron gran popularidad en toda Europa. Formados por numerosas piezas desmontables de fácil manejo, los animales clásticos constituían la mejor manera de familiarizarse con la anatomía de seres populares como la sanguijuela, el gusano de seda o el escarabajo, pero rara vez estudiados u observados en detalle, entre otros motivos por su pequeño tamaño. En el caso del caracol de la fotografía, una vez retirada la pieza que recrea la conocida concha de este molusco terrestre, el alumno podía descubrir la masa visceral del animal, igualmente retorcida en espiral.

Además de los modelos desmontables, en el gabinete de historia natural del IES Cardenal Cisneros se conservan reproducciones en relieve de diferentes grupos zoológicos. Esas representaciones esquematizadas y ricamente coloreadas permitían identificar sobre el cuerpo del animal el emplazamiento relativo de los diferentes sistemas y órganos, es decir, permitían mostrar al alumno las peculiaridades de cada plan de organización. En el caso del anfioxo reproducido en la fotografía, un pequeño animal marino emparentado con los vertebrados, se observa claramente une sucesión dorso-ventral del sistema nervioso (una especie de línea blanca que recorre longitudinalmente la totalidad del cuerpo), de la corda (eje que sustenta el cuerpo, coloreada de rojo), del tubo digestivo (fácilmente identificable por la enorme faringe perforada de orificios) y, finalmente, del sistema vascular (coloreado de azul).

El cuerpo de los insectos, como la abeja de la fotografía, está formado por tres regiones, netamente diferentes, denominadas tagmas. La más anterior, la cabeza, reagrupa buena parte de los órganos sensoriales (antenas y ojos) y los elementos asociados con la captación del alimento (boca y piezas bucales). La región intermedia, denominada tórax, realiza funciones locomotoras y es el punto de inserción de los tres pares de patas y de los dos pares de alas propios de este grupo de animales. Finalmente, en el abdomen se sitúan la mayor parte de los elementos viscerales, sobre todo del sistema digestivo y de los aparatos reproductor y excretor. Las pequeñas bolas blancas que se observan en el vientre del animal corresponden a los ganglios de la cadena nerviosa. Dorsalmente se puede observar el corazón, motor de un aparato circulatorio abierto. Entre ambos se sitúa un tubo digestivo altamente regionalizado, en el que destacan el estómago y la ampolla rectal.

Pese a la idea generalizada, al deshojar una margarita (Bellis perennis) no estamos arrancando pétalos sino flores. La margarita es en realidad una inflorescencia, es decir, un conjunto de pequeñas flores reunidas en una estructura llamada capítulo. Las flores centrales, de un marcado color amarillo, son tubulares y reciben el nombre de flósculos. Las que están situadas en los bordes se denominan lígulas y se reconocen, además de por su color blanco, por la prolongación en estandarte de su corola. El capítulo es la inflorescencia propia de la familia de las Asteráceas, así llamadas por su forma de estrella, grupo que antiguamente recibía el nombre de Compuestas debido precisamente a la existencia de numerosas flores en una única inflorescencia.

La amapola (Papaver rhoeas) es una de las flores más populares en España, sobre todo en las regiones cerealistas del centro de la Península, lugares en los que esta llamativa especie crece en medio de los cultivos de trigo y cebada tiñéndolos con su fuerte color rojo. La flor de la amapola está compuesta por dos sépalos pilosos y cuatro pétalos finos. Los estambres son de un intenso color negro y el gineceo tiene forma de cápsula. La especie pertenece a la familia de las Papaveráceas, grupo que también incluye a la conocida adormidera (Papaver somniferun) de cuyo látex se obtiene el opio, una sustancia compuesta por una mezcla de alcaloides de uso farmacológico como la morfina o la codeína.

Estudiados durante mucho tiempo como parte integrante de la botánica, los hongos son formas de vida perfectamente diferenciadas de animales, plantas y bacterias. El grupo más conocido es el de los Basidiomicetos, el de las populares setas de sombrerillo. Esas estructuras con forma de paraguas son en realidad el cuerpo fructífero del hongo, es decir, el encargado de la producción de esporas. Comestibles unas, extremadamente tóxicas otras, basta con mirar el pequeño número de setas reproducidas en cartón piedra en el gabinete del IES Cardenal Cisneros para darse cuenta de su enorme diversidad de formas y colores. Sin embargo, resulta prácticamente imposible distinguir las diferentes especies a partir de la observación a simple vista de su cuerpo vegetativo o micelio, un entramado de filamentos, llamados hifas, que se entremezclan con el sustrato.

Autoría: Santiago Aragón y Carmen Rodríguez Guerrero

Patrimonio del instituto Cardenal Cisneros