Ejemplares en líquido - Cardenal Cisneros
El uso de colecciones zoológicas constituye una estrategia pedagógica privilegiada que facilita la observación directa y la manipulación del animal por parte del alumno, experiencia personal única que ni la mejor imagen puede sustituir.
En el momento de su fundación, en 1845, el Instituto sólo contaba con un trozo de coral blanco como material zoológico, carencia que se solventó poco a poco. Las actas del centro ya dan cuenta de 35 animales en 1848 y la cifra no dejó de aumentar. En 1878, el inventario del gabinete deja constancia de 712 objetos relacionados con la biología animal. Actualmente, el Instituto del Cardenal Cisneros cuenta con una rica colección de zoología que permite mostrar a los alumnos los principales grupos de animales y su diversidad. Los taxones presentes son: esponjas (5), cnidarios (27), platelmintos (1), moluscos (992), artrópodos (88), equinodermos (13) y vertebrados (92 peces, 17 anfibios, 56 reptiles, 134 aves, 41 mamíferos y 20 piezas de anatomía humana).
Pese a su nombre con evocaciones mitológicas, el dragón volador (Draco volans) es un pequeño lagarto que habita en las selvas tropicales del sudeste asiático. De un tamaño discreto que ronda los 20 centímetros, este animal se alimenta fundamentalmente de insectos que captura con su lengua pegajosa. La principal peculiaridad de su morfología es la presencia de dos expansiones laterales del cuerpo que el animal puede desplegar a voluntad. Esta especie de paracaídas anatómico está sujeto por las costillas que, tras atravesar los costados, entran en los repliegues de piel y los mantienen firmes. El mecanismo es similar al de las varillas de un paraguas. Cuando el animal está en reposo, las “alas” están plegadas contra el cuerpo. En el momento de saltar de rama en rama, su despliegue permite el planeo a merced de las corrientes de aire.
Este montaje pedagógico presenta el desarrollo embrionario de una culebra de collar (Natrix natrix). El objeto se compone de varios huevos en distinto estado de desarrollo, de un ejemplar juvenil tras la eclosión y de un ejemplar adulto, sumergidos en un líquido conservante, posiblemente alcohol. La contemplación conjunta de todos ellos permite explicar al alumno qué es un animal ovíparo e ilustrar cómo los anexos embrionarios, junto con la cascara del huevo, permiten el desarrollo del organismo fuera del agua.
El proteus (Proteus anguinus), también llamado olm, es un anfibio troglodita que habita en cuevas de montaña de la Península de los Balcanes. Esta especie, de pequeño tamaño y prácticamente ciega, se caracteriza por su color rosado y por las branquias externas, fuertemente coloreadas de rojo, que los individuos poseen a ambos lados de la cabeza. Animal conocido desde la antigüedad, en un principio fue descrito en los textos zoológicos como la cría del mitológico dragón. Su hábitat cavernícola, su aspecto “reptiliano” y el encendido color escarlata de sus branquias, semejantes a pequeñas lenguas de fuego, justificaban tal atribución. Según estos primeros autores, el fantástico y temido dragón, el progenitor de la extraña criatura, debía habitar en el interior de las misteriosas cuevas.
Los cefalópodos, grupo de moluscos al que pertenecen los pulpos, calamares y sepias, son activos depredadores marinos. Estos animales son fácilmente reconocibles por sus tentáculos provistos de ventosas, que les permiten atrapar a sus presas, y por los enormes ojos laterales que les otorgan una visión estereoscópica. Algunas especies, como los pulpos, han perdido la característica concha de los moluscos. Otras, como el calamar o la sepia, la tienen internalizada, completamente recubierta por la pared del cuerpo o manto. La del calamar (Loligo sp.) es la llamada “pluma”, de sobra conocida por todos aquellos que alguna vez han limpiado ejemplares de esta especie antes de consumirlos.
El cangrejo de río es un crustáceo decápodo adaptado a la vida en agua dulce. La especie autóctona de la Península Ibérica es Austropotamobius pallipes, una de las pocas especies de invertebrados protegidas por la ley. Además del excesivo consumo humano que tradicionalmente se ha ejercido sobre estos animales, la principal causa de su declive es la fuerte competencia ecológica con otras especies alóctonas, es decir, no indígenas. Cangrejos americanos, como el rojo (Procambarus clarkii) o el señal (Pacifastacus leniusculus), han sido masivamente introducidos en pantanos y marismas para su explotación industrial y han terminado por relegar a la especie europea al curso alto de los ríos.
La abeja (Apis mellifera) es un insecto himenóptero que presenta un desarrollo post-embrionario de tipo holometábolo, es decir, con metamorfosis completa. En el interior de la colmena, las obreras se ocupan de la larva que surge del huevo. En ese momento, el animal, de aspecto vermiforme, apenas se asemeja al adulto. Al cabo de varios días la larva experimenta la muda ninfal y se convierte en pupa, estado durante el cual se va a producir una auténtica reestructuración del cuerpo de la abeja, con destrucción de tejidos de la larva y aparición de otros nuevos propios del adulto, fundamentalmente las gónadas, las antenas y las alas. Tras la última muda, llamada imaginal, el animal tendrá ya el aspecto del adulto o imago, el popular insecto de sobra conocido y tradicionalmente utilizado para la obtención de miel, cera y jalea real.
Autoría: Santiago Aragón y Carmen Rodríguez Guerrero
Patrimonio del Instituto Cardenal Cisneros
